Emotivo y de profundo significado será el día 28 de noviembre de 2024 para don Mariano Fontecilla. Tiempo para él de silencio y de recuerdos. Y para muchos de nosotros, de escucha y reflexión. Por ello, hacer presente su nombre en esta ocasión y tomar la representación de tantos que le admiran, es cosa que mucho me honra.

Si la longevidad luce en él con distinción, la pulcritud en el vestir y su deseo de agradar son también externalidades que hablan y anidan en su persona y que hacen de él un gran señor. Cien años de vida son muchas décadas de esfuerzo, no pocas vivencias y severas disciplinas, años de experiencias y denuedos requeridos para vencer la adversidad y abrirse camino en una profesión como la diplomacia, que clama prudencia y juicio meditado en todo su quehacer.

A los códigos de vida que se impuso a sí mismo desde su lejana juventud, y que aún lucen intactos en su venerable ancianidad, ha de añadirse el prolijo y experimentado sentido profesional que su paso por las embajadas de Italia, Vaticano y España; Ecuador, Noruega y Finlandia, Islandia y Malta, y las variadas funciones conexas que le ha correspondido servir en el país y en el extranjero, han incubado y contribuido a formar en él un inusitado bagaje diplomático-cultural que como pocos atesora, y que con generoso desprendimiento pone y ha puesto al servicio de la Cancillería nacional.

Retrotraer la mirada a su carrera profesional y advertirla en el presente, ha de ser en lo sucesivo tarea de todos quienes tengan el honor de representar a nuestro país en el exterior. Avezado como él en materias de protocolo, no hay otro en el país. Tampoco lo habrá en lo sucesivo si quienes pretenden emularlo no carguen con la responsabilidad de aspirar y de llegar a ser, como él, primero entre sus pares en el ruedo nacional.

Honrado por el Vaticano con el cargo honorífico de Gentilhombre de Su Santidad El Papa, y por la Cancillería chilena como Embajador Emérito, obliga memoria a dejar constancia de otro medio centenar de reconocimientos y de honores alcanzados en su elogiable carrera profesional. En la hora presente y sin doler prendas, con ocasión de sus cabales cien años de vida y setenta y nueve como funcionario de la República de Chile, y aún con lanza en ristre, bien merece se le rinda un homenaje público para destacar ante el país su distinguida longevidad e innumerables y meritorios servicios a la causa nacional.

                                                        Mario Correa Saavedra

Ex secretario ejecutivo Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI)

*nota publicada por el diario El Mercurio el 28 de noviembre, página A-2